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viernes, 3 de febrero de 2012

SENTIDO COMÚN



Por Jorge Amonzabel
Algunos aún dejan a la superstición y las circunstancias decisiones que requieren de sentido común. Cuando combinamos conocimiento y experiencia, las decisiones son racionales porque, el conocimiento es la acumulación y estructuración de resultados y hechos validados e información actualizada agregada. La experiencia es la comprobación de hechos vividos, que tienen que ver, algunas veces; con el conocimiento asimilado y no siempre aplicados. Por consiguiente, no hay momentos donde el humano decida “sin pensar”. Lo que sí hay son eventos donde el “decisor” permite que agentes externos influyan en la decisión que él toma, sin considerar que los factores influyentes no necesariamente tienen efectos en el hecho a decidir.
Para decidir la información es importante. Hay decisiones simples. La importancia esta en saber utilizar la información y en trabajar la decisión. Cuando el sentido común responde a una situación; ésta tiene que ver también al sentimiento o “inspiración del momento”. Sin embargo, el instinto o lo que se quiera llamar de decidir bajo las circunstancias, no descalifica, al decisor y no deja que la decisión sea tomada por las circunstancias.
La inspiración o el instinto, necesariamente responde a la interpretación de la información y los hechos por el decisor. Por ello, La formación del decisor y la acumulación sistemática de ésta, van a ayudar a tomar una decisión calificada.
Es tiempo de decisiones complejas. Donde un mayor número de variables incontrolables nos obligan a someternos a los capricho de otros y las presiones en el tiempo y el espacio físico. Para vivir y para convivir. Los factores son los mismos y, en algunos casos amplificados. Hoy hablamos de calentamiento global, enfermedades sin cura, educación deficiente, escases de agua, contaminación del suelo, exceso de basura, hambre, explosión demográfica descontrolada y desproporcional; tecnología de punta para la transformación, aceleración y resultados óptimos, nuevos sistemas de información y múltiple acceso a la información. El proceso de datos, la estructuración de la información y la celeridad con la que se obtienen resultados complejos obligan a los individuos a decisiones “estratégicas”, decisiones que no pueden errar al blanco, sino asegurar el éxito.
Los gobiernos tienen que “afinar” su visión y trabajar más en prospectiva de los acontecimientos que influyen y se advienen. La empresa no debe dejar de fortalecerse y olvidar el capital social como base de su permanencia. Los individuos y la colectividad de la sociedad requieren atención urgente, para ser preparados y, continuamente entrenados; en decisiones complejas de manera “estratégica”. No que lo externo determine la decisión, sino que debe dársele mayor a tención.
Es tiempo de conocerse asimismo y valorar las condiciones internas, para corregir, mejorar o transformar y alcanzar un sentido común vigoroso para hacer frente a las presiones del siglo veintiuno sin, tergiversar que son las circunstancias las que toman decisiones por nosotros. (JA)